La suplementación nutricional es un tema que genera cada vez más interés, pero también muchas dudas. ¿Es realmente necesaria? ¿Todos deberíamos tomar suplementos? ¿Cuál es la mejor opción en cada caso?
Lo primero que debemos entender es que no existe un suplemento universal. La nutrición y la salud son individuales, y lo que puede ser beneficioso para una persona puede no serlo para otra
¿Quién necesita suplementación?
En un mundo ideal, nuestra alimentación cubriría todas nuestras necesidades nutricionales. Sin embargo, ciertos factores pueden aumentar los requerimientos o dificultar la absorción de nutrientes, como:
- Estados fisiológicos específicos: embarazo, lactancia, envejecimiento.
- Condiciones de salud: déficits nutricionales, enfermedades metabólicas, digestivas o autoinmunes, alteraciones anatómicas post cirugías.
- Restricciones alimentarias: dietas vegetarianas, veganas o con limitaciones por alergias e intolerancias.
- Estilos de vida particulares: alto estrés, actividad física intensa o rutinas que dificultan una alimentación equilibrada.
En estos casos, la suplementación puede ser una herramienta útil, siempre que se individualice y ajuste a cada necesidad.
No todos los suplementos son iguales
Cuando hablamos de suplementación, no solo importa el nutriente en sí, sino también su forma química y presentación, que influyen en la absorción y biodisponibilidad.
Algunos ejemplos:
- Hierro: puede encontrarse en forma de sulfato ferroso, gluconato o bisglicinato, con diferentes niveles de tolerancia digestiva.
- Magnesio: existe como óxido, citrato, bisglicinato o cloruro, cada uno con características específicas.
- Vitamina B12: las presentaciones en metilcobalamina o cianocobalamina tienen diferencias en absorción y metabolismo.
Además de los comprimidos y cápsulas, los suplementos pueden presentarse en polvos, líquidos, gomitas, inyecciones e incluso formas transdérmicas, lo que amplía las opciones según la tolerancia y necesidades individuales.

¿Cómo elegir el suplemento adecuado?
Tomar suplementos sin un criterio adecuado puede ser innecesario o incluso riesgoso. Algunos principios clave para una elección segura:
- Evaluación individual: basarse en análisis clínicos, síntomas y hábitos alimentarios.
- Calidad del producto: optar por marcas confiables con respaldo científico.
- Forma química adecuada: considerar la mejor opción según necesidades y tolerancia.
- Dosis y momento del día: algunos nutrientes se absorben mejor en ayunas, con alimentos o combinados con otros.
💊Si te interesa conocer más sobre qué suplementos podrían beneficiarte, consultá con un profesional para un asesoramiento adecuado.