Seguramente has escuchado hablar sobre la dieta antiinflamatoria como una opción recomendada para problemas de tiroides. Incluso, si estás en tratamiento médico, un profesional puede haberte sugerido ciertos cambios en tu alimentación. Pero, ¿qué dice realmente la ciencia? ¿Existe una dieta específica para el hipotiroidismo?
¿Cómo afecta la alimentación a la tiroides?
La glándula tiroides cumple múltiples funciones en el organismo, entre ellas la regulación del metabolismo. Existen diversas afecciones tiroideas, como hipotiroidismo, hipertiroidismo, tiroiditis de Hashimoto y cáncer de tiroides, cada una con características y necesidades distintas.
En el caso del hipotiroidismo, se ha popularizado la idea de seguir una dieta antiinflamatoria. Sin embargo, aunque este tipo de alimentación promueve hábitos saludables, no existe evidencia científica concluyente que respalde su eficacia específica para tratar el hipotiroidismo
¿Qué dice la evidencia científica?
Si bien es cierto que una alimentación equilibrada, rica en nutrientes esenciales como yodo, selenio, zinc y hierro, es clave para la función tiroidea, no hay pruebas contundentes de que eliminar ciertos alimentos o seguir una dieta restrictiva mejore la condición.
Además, las recomendaciones nutricionales deben ser personalizadas, teniendo en cuenta el estado de salud general, las necesidades individuales y el tratamiento médico.
¿Qué aspectos tener en cuenta en la alimentación?
En lugar de enfocarse en restricciones innecesarias, se recomienda:
✅ Mantener una alimentación variada y equilibrada, con suficientes proteínas, grasas saludables y carbohidratos de calidad. Es decir, en lugar de pensar en sacar alimentos de tu dieta, pensá en incorporar otros más sanos.
✅ Evitar déficits de nutrientes clave (como el yodo o el selenio), que pueden afectar la función tiroidea.
✅ Consultar con un profesional de la salud antes de realizar cambios drásticos en la alimentación
Conclusión:
A pesar de la difusión de dietas específicas para el hipotiroidismo, no hay una única alimentación “ideal” para esta condición. Una dieta equilibrada, adaptada a cada persona, y el seguimiento médico adecuado son las mejores estrategias para mantener el bienestar general.
Si te interesa saber más sobre cómo mejorar tu alimentación según tu diagnóstico, consultame para hacer los ajustes necesarios.
